Suroeste

El Suroeste de México está formado por los estados de Guerrero, Oaxaca y Chiapas.  Según diferentes estadísticas son los estados con menor índice de desarrollo humano y más número de personas en situación de pobreza y sin embargo son, desde mi personal punto de vista, una de las zonas más hermosas del país, con una gran variedad de tradiciones, lenguas, paisajes, culturas y en general riqueza en recursos naturales.

Mis primeros viajes a México fueron precisamente a estos estados y es por eso que guardo con ellos una hermosa conexión. Especialmente con Oaxaca. Tuve la oportunidad de recorrerlos en carro en un par de ocasiones por motivos de trabajo. Conocí zonas rurales alejadas de las grandes ciudades, donde el acceso a  algunos productos cotidianos es complicado pero donde siempre hay una tienda de abarrotes donde adquirir productos básicos de alimentación o una coca-cola. Con mis ojos de provinciana , fui conociendo a las mujeres, hombres y niños que viven en conexión con la tierra.

Aunque soy de un pequeño pueblo de Valladolid (España) el mundo rural que yo conozco es bien diferente del mexicano. En España el mundo rural, con sus pros y sus contras, ha adoptado la forma de vida de las ciudades, perdiendo en buena medida su identidad. Además salvo contadas excepciones el territorio no es tan abrupto, con lo que las comunicaciones son más fáciles. Así que me llevé una gran sorpesa al descubrir un modo de vida más apegado al entorno, adaptado al ritmo de la naturaleza, donde además las mujeres ocupan un papel clave.

Es recurrente en los medios de comunicación convencionales hablar de la discriminación que hay de las niñas y mujeres en zonas rurales, así que yo prefiero hablar de las mujeres y niñas mexicanas que conocí durante mis viajes por el Suoreste  y después durante mi estancia de cuatro años en México.

Allí conocí a mujeres que eran líderes en sus comunidades, referentes en el cuidado de la salud y para cualquier tipo de cuestiones. Ví a niñas felices yendo al colegio con sus uniformes impolutos a pesar de que no había lavadoras. A adolescentes con ansias de ser maestras, médicas y profesoras. Vi a los grupos de mujeres reunidas a las puertas de sus casas al atardecer, hablando de sus anhelos, deseos y preocupaciones.

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